domingo, 19 de julio de 2009

Un astrónomo a la izquierda, por favor

Volver a recobrar el aliento después de escuchar tu voz.
Dejar de esconder en los zapatos, como un cable a tierra, el escalofrío que centellea cuando me ves.
Subir un par de octavas el hilo de voz para hablarte de cualquier buey que esté perdido por ahí.
Adivinar la canción que tu mente tararea, con sólo escuchar un acorde.
Pasarte la mano por el pelo y saber que es como yo intuía.
Estrechar esos brazos sin derramarme.
Un día voy a entender esa mirada y a saborear ese silencio.
Un día se van a alinear los planetas en forma de S y, como diría el amigo Mario, cuando te acerques te vas a mirar, al mirarme.

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